«Mañana comienzo…», «Debo…», «Me agradaría mudar, pero…»…; ¿Te suenan estas oraciones?
Así sea descartando un mal hábito o incorporando uno mucho más saludable a nuestro día a día, todos pasamos por instantes en los que nos ocupa la necesidad, la ilusión o la ilusión de mudar algo en nuestra vida. ¡Requerimos algo de movimiento! ¡Y lo deseamos ahora!
De qué forma hacer buenos hábitos
Hay 6 pasos súper simples que tenemos la posibilidad de proseguir para hacer cualquier hábito que deseamos. Para explicarlos, vamos a tomar como un ejemplo que deseamos estar mucho más sanos:
Ejemplos de hábitos
Existen muchos hábitos probables, y para tomar nota de ellos solo debemos ver nuestro rutina día tras día. Naturalmente, lo que para nosotros es un hábito no es así para el resto, según sean parte instalada de una rutina. Por servirnos de un ejemplo:
- Es práctica ir al baño antes de reposar.
- Es práctica cepillarse los dientes al levantarse, tanto como proceder a la cocina y calentar agua para realizar café.
- Es práctica desayunar en la cafetería al costado del trabajo.
- Es práctica saludar a los compañeros de oficina al llegar.
- Es práctica fumar un cigarro tras comer.
- Es práctica llamar a nuestra pareja al irse de la oficina.
- Es práctica ir al gimnasio los martes y jueves.
- Es práctica sacar la basura en el momento en que llegas a casa.
- Es práctica bañarse en el final del día.
¿Cuál es la diferencia entre un hábito saludable y un hábito no saludable?
Pienso que tu los pies en el suelo puede guiarte a comprender la diferencia entre los 2 pero, por si las moscas, aquí está la diferencia entre un hábito saludable y un hábito no saludable.
- Hábitos saludables:
1.1 Definición de hábito
Se define hábito como toda conducta o accionar que se reitera con regularidad y que no no supone un esfuerzo. Todo cuanto comenzamos a realizar, al comienzo, necesita un cierto esfuerzo, así sea mental o físico. No obstante, conforme repetimos la conducta, este esfuerzo tiende a reducir y lo acostumbramos a realizar de forma automática.
Los hábitos conformados dejan dejar en libertad espacio en el cerebro, lo que supone que marcha de forma mucho más eficaz. Conforme repetimos un accionar y lo transformamos en un hábito, nuestro entendimiento aprende a llevarlo a cabo de forma automática, y esto quiere decir que no necesita tanto esfuerzo. Por servirnos de un ejemplo, procuremos rememorar el instante en que aprendimos a caminar en bicicleta. Al comienzo indudablemente nos caeríamos, o nos cansaríamos mucho más o deberíamos concentrarnos en la labor. No obstante, conforme se reitera y se aprende lo que hay que llevar a cabo, el ahínco, tanto físico como mental, va reduciendo y somos capaces de caminar en bicicleta automáticamente.